Por:Adryel Sanchez, Ariana Alcedo, Fatima Deza, Sebastian Huamani y Jael Chaupis
Alrededor de 1,6 millones de
refugiados y emigrantes de Venezuela residirán en el Perú hacia finales del
2023. Muchos de ellos enfrentan dificultades extremas, como la falta de acceso
a alimentos, medicinas y servicios básicos. La mayoría de los venezolanos que
emigran buscan un mejor futuro para ellos y sus familias. Sin embargo la
migración masiva de venezolanos a nuestro país genera molestia en muchos de
nuestros compatriotas. Ante ello nos nace una interrogante, ¿Consideramos que el Estado peruano debería apoyar y facilitar la migración venezolana? Nosotros consideramos que la migración venezolana ha contribuido a una mejora en nuestra economía, sociedad y política. A continuación, daremos nuestros argumentos.
En primer lugar, consideramos que el Perú tiene la obligación de apoyar, facilitar y promulgar normas que faciliten la estadía de los inmigrantes venezolanos por el compromiso internacional que asumió al firmar tratados internacionales. Esto debido a la adhesión del estado peruano a tratados internacionales que velan por los derechos e integridad de los migrantes venezolanos. El Perú ha suscrito y ratificado los tratados fundamentales de protección de derechos humanos y sus principales protocolos facultativos del Sistema Universal de Derechos Humanos, incluyendo los adoptados en el seno de la Organización Internacional para el Trabajo; del Sistema Interamericano de Derechos Humanos e incluso es parte de Decisiones adoptadas en el marco de la Comunidad Andina referidas a la protección de los derechos humanos de los y las migrantes. La gestión de las migraciones en el Perú parte de la premisa de la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad como fin supremo de la sociedad y el Estado. Además, las normas del derecho internacional se incorporan en el derecho interno de manera inmediata, esto implica brindar un trato digno y humanitario a los migrantes venezolanos, así como facilitar su integración en la sociedad peruana, respetando sus derechos a la vida, la libertad, la igualdad y la no discriminación. Ello conlleva la adopción de decisiones que faciliten la movilidad comunitaria, es decir, la que realizan los ciudadanos y ciudadanas de países miembros de un sistema comunitario, como el Sistema Comunitario Andino o el Mercosur. La Constitución gestiona, a partir de leyes, la migración de extranjeros al territorio.
Esta consagra como primera obligación la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad como fin supremo de la sociedad y del Estado. La Constitución Política del Perú, en su artículo 2 inciso 11 reconoce el derecho de toda persona a elegir su lugar de residencia, a transitar por el territorio nacional y a salir de él y entrar en él, salvo limitaciones por razones de sanidad o por mandato judicial o por aplicación de la ley de extranjería. Bajo esos lineamientos, el Estado peruano ha adoptado medidas para facilitar el ejercicio del derecho a la movilidad internacional tanto para peruanos como para extranjeros que ingresan al Perú.
En segundo lugar, desde nuestra óptica los inmigrantes aumentan la capacidad productiva del país e impulsan el crecimiento de la economía de manera notable. Por ello, es necesario considerar a los inmigrantes como aportantes significativos y potenciales profesionales. Esto lo podemos ver en un estudio realizado por la Cámara Empresarial Venezolana Peruana (Cavenpe) y la fundación Konrad-Adenauer-Stiftung (KAS), en este se muestra que la población refugiada y migrante de nacionalidad venezolana llegó a aportar considerablemente al fisco alrededor de 139 millones soles y contribuyó, impactantemente, con el 0,02% del PBI del 2020, de manera que al formalizar el ingreso de los ciudadanos venezolanos se contribuye a mejorar los ingresos nacionales. En adición a esto, según datos de la última Encuesta a Población Venezolana residente en el Perú (Enpove 2022), realizada por el INEI, el 31,8% de los mayores de edad cuenta con estudios superiores terminados, tanto universitarios como técnicos. Se registraron profesionales del área de ingeniería (22,9%), educadores (19%) y administradores de empresas (16,7%), que aportan con su trabajo al país. Asimismo, los emigrantes venezolanos dinamizan la economía. Esto lo podemos ver en los ingresos que generó la migración venezolana con su consumo y trabajo, que incrementaron nuestro PBI en 8% en el 2018, según el Banco Mundial y el BCRP. Si pensamos a futuro, los migrantes venezolanos podrían aportar más de 2 200 millones de soles en ingresos fiscales netos al Perú en los próximos cinco años. También podemos ver esta dinamización en el hecho de que los migrantes pueden aumentar la productividad laboral en un 3,2%, por efecto tan solo del número de migrantes que se encontraba en el país en el 2018, esto significa un gran aporte al capital humano del Perú ya que los migrantes de Venezuela que han llegado al país son una población mayoritariamente joven, en edad de trabajar, con un nivel educativo superior en promedio al de la población local y dispuesta a relocalizarse en otras ciudades o regiones del país por motivos laborales. Con una adecuada inserción al ámbito laboral, podemos brindarles un trabajo seguro y contribuir a cerrar la brecha de profesionales que hostiga a Lima y las diferentes regiones del país.
Por los argumentos previamente expuestos, reafirmamos que la migración venezolana ha contribuido a una mejora en nuestra economía, sociedad y política, esta última vista como el cumplimiento de tratados internacionales; a razón de ello consideramos que el Estado peruano debe apoyar la migración de nuestros hermanos latinoamericanos a tierras peruanas. Sin embargo, los beneficios no son considerados cuando emitimos un juicio de este tema, todo por querer mostrar un nacionalismo falso, el cual se basa en el rechazo inminente del venezolano. Es por ello que instamos a dejar de responsabilizar a terceros de la mala gestión del Gobierno de turno. Los problemas no se reducen a la migración, sino que también están relacionados con las decisiones y acciones tanto de nuestros representantes políticos como de una ciudadanía ética y moral.
0 Comentarios